2 de agosto de 2011

Merodī to hoshi.



Un “¡Te he dicho que no cierres la puerta!” es lo ultimo que suena antes de quedar la casa en silencio.
Sentimientos de ira, culpabilidad, agobio y pena se arremolinan en torno a mi cama e intentan subirse para alcanzarme, y como siempre acabo bajo las sabanas procurando que no trepen por ellas y lleguen hasta mi…

Parece que uno de ellos a conseguido subirse y a traspasado las sabanas como el agua traspasa el tejido, creo que es Agobio:
(Agobio por estar entre cuatro paredes que se echan sobre mi sin mirar que me hacen daño, y me dejan estas ganas de coger lo básico, salir por la puerta y no volver.)

… A conseguido trepar otro y siguiendo el procedimiento de Agobio llegas hasta mi, creo que es Pena:
(Pena por saber que Annia esta llorando y no puedo ir a consolarla y solo puedo esperar que al final se agote y se duerma entre sollozos.)

Ira y culpabilidad han llegado juntos y se pelean por ocupar mi mente y cada 5 segundos cambio de parecer…
(La odio…), (Si hubiera reaccionado no hubiese pasado), (Que asco me da…), (Si lo hubiera hecho…)

Pero al final mientras me debato bajo las sabanas, hay algo que rompe el silencio de la noche y me hace salir de ellas…

Melodía, Texto y Estrellas.